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Tiempo para reforzar tus defensas

23 enero, 2019 por Farmàcia l'Escala

Con la llegada del frío nos planteamos como fortalecer el sistema inmunológico porque los resfriados o gripes no sean tan fuertes.

Cada invierno, especialmente cuando las temperaturas bajan, niños, jóvenes, adultos y gente mayor se ven afectados por un resfriado común o la gripe. Los síntomas comunes son la congestión nasal, los estornudos, los mocos, la tos, el dolor de garganta y de cabeza, unas décimas de fiebre y la pérdida de hambre. La diferencia más visible entre las dos dolencias es la intensidad de los síntomas. Al contrario que el resfriado, la gripe es mucho más intensa y debilitante y puede provocar fiebre alta durante tres o más días. Otra diferencia es que la gripe aparece de manera repentina y sus síntomas pueden durar una o dos semanas. En cambio, el resfriado llega de forma gradual y tiene una duración más corta.

Los rinovirus, principales responsables del resfriado común, se transmiten a partir de las secreciones respiratorias: el moco nasal de una persona enfriada contiene mucha cantidad de rinovirus. Al tocarse la nariz o estornudar se contamina las manos con secreciones que contienen virus, y que se transmiten fácilmente.

Como que los rinovirus tienen muchos troncos, no existe ningún tratamiento específico ni una vacuna concreta; el que podría servir para un tronco del virus, podría no servir para otros.

Expertos como el doctor Antoni Trilla, jefe del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínico de Barcelona, apuntan que: «El resfriado se cura en una semana y normalmente con reposo, hidratación, analgésicos y quizás algún vasoconstrictor nasal. Nada de antibióticos si no hay complicaciones. La mejor prevención: una vida sana y lavarse las manos con frecuencia».

Hábitos saludables para reforzar las defensas

La doctora Montserrat Baré, médica de familia, aconseja para prevenir las gripes o los resfriados seguir una alimentación saludable y variada, rica en frutas y verduras que aportan vitaminas y minerales; hidratarse, beber unos dos litros al día de agua, tés, infusiones, sopas, etc, y descansar las horas necesarias. A la vez, añade que, en caso de gripe o resfriado, también es conveniente ducharse con agua caliente o hacer baños de vapor para ablandar la mucosidad.

Descansar correctamente

Dormir bastante también mejora la inmunidad, indica Maria Teresa Parada, médico broncopulmonar. «Al dormir poco, las hormonas del cuerpo alteran su ciclo y se secreta más cortisol, la hormona del estrés que baja las defensas». Esto favorece los resfriados e infecciones respiratorias. Si la situación se prolonga, la carencia de descanso puede traducirse en desaliento, depresión o falta de concentración o de capacidad de reacción ante una determinada situación.

Lavarse las manos

Lavarse las manos con agua y jabón o con una solución hidroalcohòlica y enjugárselas con toallas desechables es imprescindible para parar la propagación de gérmenes y protegerse de infecciones. También es recomendable utilizar pañuelos desechables. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los ciudadanos se lavan las manos la mitad a veces de las recomendadas.

Prevención

  1. Vacunas: No hay ninguna vacuna contra el resfriado, pero si contra la gripe. Es importante vacunarse si formáis parte de la población de riesgo; niños, embarazadas, profesionales sanitarios, personas a partir de los 60 años, personas con patologías que se agraven con la gripe, etc. No es 100% efectiva, pero reduce el riesgo de contagio.
  2. Paliar los síntomas: Mediante una automedicación responsable, tomando antitérmicos y analgésicos que no necesiten receta y después de consultar el farmacéutico. También es aconsejable beber agua y hacer reposo.
  3. Transmisión: Los virus se suele transmitir por los aires. Tapaos la boca con un pañuelo al toser o estornudar. Si al usar desechable, evitaréis llevar el bolsillo lleno de virus.
  4. Higiene: Lavarse las manos diversas veces al día reducirá la posibilidad de que los virus se propaguen y acaben al organismo.
  5. Caramelos: Ciertos productos como los caramelos generan saliva, y esta constituye un protector natural para la faringe.

Depurar los excesos navideños con un «Detox» de invierno

8 enero, 2019 por Farmàcia l'Escala

Una dieta de temporada basada en verduras, cereales, legumbres, proteínas vegetales, caldos e infusiones, será suficiente para depurar los excesos navideños.

Las comidas de Navidad se asocian con los excesos. Aunque intentamos no pasarnos mucho, la mayoría de menús están poco equilibrados nutricionalmente y durante estos días es fácil que se consuman más azúcares, proteína animal, gluten y lácteos de los que se toman normalmente. Por eso, es común aumentar algún kilo o acabar las fiestas con cierta sensación de empacho.

Muchos dietistas y nutricionistas recomiendan empezar el año haciendo un detox o una dieta depurativa para resetear el organismo de los excesos navideños, perder los kilos que se hayan ganado y tener digestiones más fáciles. Ahora bien, no todos los programas son igual de útiles ni recomendables: en invierno, una dieta basada en los famosos zumos verdes, ensaladas o comidas vegetales puede no ser la más aconsejable, especialmente si la persona tiene debilidad digestiva o es muy friolera.

Si se desea hacer una depuración durante la época invernal, es más recomendable optar por una dieta templada-caliente de fácil digestión, que incluya caldos, infusiones y verduras depurativas, así como cereales integrales, legumbres y proteína vegetal.

¿Qué comer para depurar los excesos navideños?

Es importante aumentar el consumo de alimentos líquidos. Por ejemplo, se puede instaurar la rutina de empezar el día tomando un vaso de agua tibia con limón, un gran antioxidante y depurador hepático que tiene un efecto alcalinizante en el organismo. Se recomienda tomarlo después de levantarse y esperar un cuarto antes del almuerzo. Además, es posible incluir caldos vegetales y depurativos antes de las comidas, pero también van bien para almorzar, a media mañana o a media tarde. También hay la opción de sustituir los postres por infusiones de plantas como la alcachofa, el boldo o el diente de león. Para cenar, se puede optar por cremas de verduras, pero sin queso, crema de leche ni mantequilla.

Como cereales, hay que priorizar la avena y el arroz integral, dos alimentos ricos en hidratos de carbono de absorción lenta, vitaminas del grupo B y diferentes minerales, que dan energía y ayudan a concentrarse, además de favorecer el tráfico intestinal. Una opción para incluir la avena en la dieta es haciendo papilla con fruta y especies para el almuerzo.

A la hora de la comida, está bien aumentar el consumo de crucíferas como el brócoli, la coliflor y toda la familia de las coles, el nabo o los berros, y si apetecen las ensaladas, se puede añadir escarola, endibia, burra, espinacas, hoja de roble o rábanos. No podemos dejar de incluir alcachofas, espárragos verdes, apio, cebolla y puerro en las cremas, caldos, woks o salteados de verduras o al horno.

¿Cómo comer?

A pesar de que no prestar mucha atención, cómo comemos es casi tan importante como el ejercicio físico. Las dietas o programas depurativos son ideales para instaurar nuevos hábitos saludables que se pueden adoptar como nuevas rutinas. Por ejemplo, cenar a la hora, de manera ligera, no más tarde de las 20:00 horas y esperar dos horas antes de ir a dormir mejoran las digestiones y favorecen el descanso. Comer sentado, despacio, masticando bien todos los alimentos también ayuda a una buena digestión. Y todo esto sin olvidar el ejercicio físico, que puede ser andar de 30 a 60 minutos cada día.

Alimentos y cocciones a evitar

Además de potenciar las verduras, los alimentos líquidos depurativos, los cereales integrales y las legumbres, es importante eliminar temporalmente todos aquellos alimentos que hemos consumido en exceso en Navidad, especialmente los procesados, los azúcares, la proteína animal y los lácteos.

En nuestra lista de alimentos a evitar durante la dieta postnavideña, también se recomienda prescindir de cereales refinados y procesados como el trigo, el arroz y otros cereales blancos. En general, todos los alimentos manipulados por la industria. También el café y otros estimulantes, las bebidas alcohólicas, los refrescos, las grasas trans de mala calidad y los lácteos. En cuanto a las cocciones, se recomienda optar por el vapor, la plancha, el horno o los marinados. Y evitar los fritos, las salsas envases y los braseados.

Si se lleva una depuración concienzudamente, con un par de semanas tendríamos que tener bastante para reequilibrarnos. Pasados estos 14 días, podemos ir introduciendo poco a poco estos alimentos que hemos eliminado temporalmente y quedarnos con las buenas rutinas que hemos adquirido.

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